Los "sindicatos de trabajadoras sexuales" tienen un único objetivo: legalizar la prostitución. ¿Alguien las ha escuchado hablar de medidas concretas para la mejora de las condiciones de las mujeres prostituidas? No pueden, y me explico.
Un sindicato es una organización que defiende los derechos e intereses de los trabajadores frente a sus empleadores. Aquí, los "empleadores" son
los proxenetas. ¿Cómo podremos hacer cumplir contratos jurídicamente vinculantes cuando una de las partes es la mafia proxeneta? La propia Concha Borrell ha reconocido que la relación laboral es la de trabajo por cuenta ajena. En prostitución, esto se llama proxenetismo y nada se le puede exigir a unos "empleadores" que se lucran con la explotación sexual de las mujeres. Sigamos con el análisis de las mejoras concretas. ¿Establecerán un número de coitos forzados diarios? ¿Como cumplirán con la ley de prevención de riesgos laborales cuando el "trabajo" per se es un riesgo para la vida y la salud de las mujeres? Hablan de derechos laborales cuando lo cierto es que las mujeres por cuenta propia pueden afiliarse a la Seguridad Social como cualquier otra trabajadora. ¿Qué pretenden pues cuando aluden a la "sindicación o al "trabajo sexual"? Sencillamente, están cambiando los términos del debate. Consiguen, hablando de sindicatos que la prostitución sea vista como un trabajo en lugar de como lo que es, una forma de violencia. Pretende dotar de credibilidad y respetabilidad a los defensores de la prostitución. Pero las evidencias destrozan estas pretensiones. AMMAR ("sindicato de trabajadoras sexuales" argentino) por ejemplo, tiene varias imputaciones por trata de seres humanos con fines de explotación sexual y, en el caso español se está demostrando quién está detrás de OTRAS. No podemos permitir que hable de consecución de derechos quienes pretenden legitimar social y jurídicamente una práctica social e institución patriarcal que los vulnera. Cambian los términos del debate para no conceptualizar, para no explicar qué es la prostitución. Hablar de "trabajo sexual" no hará que la prostitución deje de ser una manifestación brutal de la desigualdad donde las mujeres sirven sexualmente a los hombres. Recentremos pues el debate. El sometimiento y la explotación sexual no se se sindica ni se regula, se lucha por abolirla. La violencia ejercida previo pago sigue siendo violencia. Por tanto, ni se excusa ni se debate, se combate.
Fuerte y claro: #ProxenetasNo #EsPorTodas
Declaraciones de Concha Borrell y respuesta de la abogada Nuria González.
Quién está detrás de OTRAS. Artículo de Anna Prats.
Un sindicato es una organización que defiende los derechos e intereses de los trabajadores frente a sus empleadores. Aquí, los "empleadores" son
los proxenetas. ¿Cómo podremos hacer cumplir contratos jurídicamente vinculantes cuando una de las partes es la mafia proxeneta? La propia Concha Borrell ha reconocido que la relación laboral es la de trabajo por cuenta ajena. En prostitución, esto se llama proxenetismo y nada se le puede exigir a unos "empleadores" que se lucran con la explotación sexual de las mujeres. Sigamos con el análisis de las mejoras concretas. ¿Establecerán un número de coitos forzados diarios? ¿Como cumplirán con la ley de prevención de riesgos laborales cuando el "trabajo" per se es un riesgo para la vida y la salud de las mujeres? Hablan de derechos laborales cuando lo cierto es que las mujeres por cuenta propia pueden afiliarse a la Seguridad Social como cualquier otra trabajadora. ¿Qué pretenden pues cuando aluden a la "sindicación o al "trabajo sexual"? Sencillamente, están cambiando los términos del debate. Consiguen, hablando de sindicatos que la prostitución sea vista como un trabajo en lugar de como lo que es, una forma de violencia. Pretende dotar de credibilidad y respetabilidad a los defensores de la prostitución. Pero las evidencias destrozan estas pretensiones. AMMAR ("sindicato de trabajadoras sexuales" argentino) por ejemplo, tiene varias imputaciones por trata de seres humanos con fines de explotación sexual y, en el caso español se está demostrando quién está detrás de OTRAS. No podemos permitir que hable de consecución de derechos quienes pretenden legitimar social y jurídicamente una práctica social e institución patriarcal que los vulnera. Cambian los términos del debate para no conceptualizar, para no explicar qué es la prostitución. Hablar de "trabajo sexual" no hará que la prostitución deje de ser una manifestación brutal de la desigualdad donde las mujeres sirven sexualmente a los hombres. Recentremos pues el debate. El sometimiento y la explotación sexual no se se sindica ni se regula, se lucha por abolirla. La violencia ejercida previo pago sigue siendo violencia. Por tanto, ni se excusa ni se debate, se combate.
Fuerte y claro: #ProxenetasNo #EsPorTodas
Declaraciones de Concha Borrell y respuesta de la abogada Nuria González.
Quién está detrás de OTRAS. Artículo de Anna Prats.
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