El movimiento feminista está atravesando un momento crucial. Ahora que somos visibles, pretenden despolitizarnos, hacer del feminismo un movimiento donde quepa todo. ¡Y no! La defensa de la prostitución no tiene cabida. No están atrapadas millones de mujeres en el sistema prostitucional, para que permitamos las pretensiones de blanqueamiento de esta brutal violencia. La prostitución jamás será un trabajo, sino donde mujeres y niñas están perdiendo sus vidas. Claro que vamos a hablar de esto, y claro que vamos a hacer un 8M abolicionista.
Estamos asistiendo a la infiltración del lobby proxeneta en filas feministas. Representantes del "sindicato" OTRAS se presentan en nuestras asambleas para tratar de meter en los manifiestos el "trabajo sexual". Solo decirles, que el feminismo es abolicionista desde su nacimiento. No lo saben porque no les interesa el feminismo sino ser apoyadas por el mismo y con esto, avanzar hacia la regulación de la prostitución. Pero por supuesto, no les dejaremos. Así lo hemos convenido, rechazaremos las ideas que legitimen la prostitución.
Como dice Rosa Cobo, el abolicionismo está en el corazón del feminismo. Somos leales a nuestra genealogía y por eso más que nunca, tenemos que trabajar por preservarla y caminar en el mismo sentido. La prostitución seguirá siendo combatida por las feministas y tratada como lo que es, una violación de los derechos humanos.
Lo que está pasando no es una escisión del movimiento feminista, sino una lucha por no dejar entrar a quienes lo dinamitarían por sus propios intereses. En este caso, regular para legitimar social y jurídicamente la explotación sexual de las mujeres y niñas. Por eso, combativas, nos van a tener enfrente. No vamos a tolerar que esta subordinación patriarcal sea considerada trabajo ni que la esclavitud sea regulada.
Compañeras, ¡vamos a por un 8M abolicionista!
Como dice Rosa Cobo, el abolicionismo está en el corazón del feminismo. Somos leales a nuestra genealogía y por eso más que nunca, tenemos que trabajar por preservarla y caminar en el mismo sentido. La prostitución seguirá siendo combatida por las feministas y tratada como lo que es, una violación de los derechos humanos.
Lo que está pasando no es una escisión del movimiento feminista, sino una lucha por no dejar entrar a quienes lo dinamitarían por sus propios intereses. En este caso, regular para legitimar social y jurídicamente la explotación sexual de las mujeres y niñas. Por eso, combativas, nos van a tener enfrente. No vamos a tolerar que esta subordinación patriarcal sea considerada trabajo ni que la esclavitud sea regulada.
Compañeras, ¡vamos a por un 8M abolicionista!
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