Las feministas llevamos toda nuestra historia soportando violencia, de todos los tipos. Se nos ha insultado, humillado, acosado y agredido, única y exclusivamente por luchar por una sociedad justa que respete los derechos humanos de las mujeres. Sabemos que esto es parte de la militancia, pero nunca nos hemos resignado ni callado. ¿Por qué deberíamos entonces callarnos ante la violencia ejercida por sectores transactivistas? Estas imágenes son muestras de misoginia ocurridas en tan solo dos días. En la primera, en el orgullo trans de Londres (ni más ni menos) se representa el ahorcamiento de una "terf" y en la segunda, un transactivista se alegra del fallecimiento de Magdalen Berns, una compañera feminista que muchas admiramos. ¿Quiénes además de algunos transactivistas, podrían hacer apología del asesinato de mujeres feministas y celebrar nuestros fallecimientos? Pues personas de colectivos sociales ultraconservadores y reaccionarios ante los que ninguna feminista, ni nadie que defienda los derechos humanos, se callaría. Este es el problema. Hasta hace dos días, sabíamos de donde provenían las reacciones antifeministas y estaban perfectamente identificadas. Ahora, tenemos que enfrentarnos a discursos antifeministas y misóginos revestidos de una pátina de modernidad y transgresión que confunden y atacan a las bases teóricas del feminismo y lo más grave, que legitiman y justifican la violencia contra las mujeres (si eres "terf" o "swerf", todo lo malo que te pase es poco). Es especialmente molesto el relativismo y cobardía de esa izquierda que se adhiere acríticamente a postulados queer y que incluso justifica y apoya este tipo de misogina, por miedo a ser tachado de excluyente o "poco moderno". Ni calificación merecen los machistas de siempre que han visto en estos discursos una excusa para violentarnos. Es ridículo el señor de derechas que nos llama terf aún sin saber muy bien a qué viene todo esto, pero ahí está, poniendo su granito de arena a la situación kafkiana.
A mis compañeras feministas les digo que no tengan miedo. Sé que muchas compartís esta preocupación pero que no la manifestáis por miedo al acoso o a que os llamen transfobas. La alusión a las fobias es simple chantaje emocional. Saben que puede funcionar. Somos mujeres y somos socializadas en el cuidado a los otros, en anteponer cualquier causa y sentimiento, aún sacrificando nuestro propio bienestar.
No tenemos ninguna fobia. Somos críticas con la teoría queer, defendemos que el sujeto político del feminismo somos las mujeres y que el sexo, que es biológico, es la base sobre la que se construye la opresión de las mujeres. ¿Esto nos hace merecedoras de violencia? Responder a esto afirmativamente es misoginia. Responder negativamente y no denunciarlo, cobardía. Y entiendo el temor, pero hay que enfrentarlo. No os calléis, compañeras. Estamos defendiendo nuestros derechos y diciendo la verdad. Y como decía Magdalen, "decir la verdad, no es odio".
A mis compañeras feministas les digo que no tengan miedo. Sé que muchas compartís esta preocupación pero que no la manifestáis por miedo al acoso o a que os llamen transfobas. La alusión a las fobias es simple chantaje emocional. Saben que puede funcionar. Somos mujeres y somos socializadas en el cuidado a los otros, en anteponer cualquier causa y sentimiento, aún sacrificando nuestro propio bienestar.
No tenemos ninguna fobia. Somos críticas con la teoría queer, defendemos que el sujeto político del feminismo somos las mujeres y que el sexo, que es biológico, es la base sobre la que se construye la opresión de las mujeres. ¿Esto nos hace merecedoras de violencia? Responder a esto afirmativamente es misoginia. Responder negativamente y no denunciarlo, cobardía. Y entiendo el temor, pero hay que enfrentarlo. No os calléis, compañeras. Estamos defendiendo nuestros derechos y diciendo la verdad. Y como decía Magdalen, "decir la verdad, no es odio".
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