En Argentina no se garantiza un derecho básico de las mujeres como es el derecho a aborto. En lo que va de año han sido asesinadas 275 mujeres. Sin embargo, antes de acometer medidas que palien esta violencia y corrijan la vulneración de los derechos de las mujeres, han decidido aprobar una “ley de identidad de género” que socava los derechos basados en el sexo. Lo primero sucede por la conocida resistencia patriarcal al avance feminista. Lo segundo porque instituir leyes funcionales al sistema que además son presentadas como conquistas “por y para la diversidad”, dan apariencia de avance social y causan un cómodo letargo a parte de un electorado progresista que probablemente no esté informado de las consecuencias jurídico-políticas que para las mujeres tienen este tipo de leyes. No contentos con la ley de 2012, se ha presentado un proyecto de ley el año pasado llamado “Ley contra la asignación sexual compulsiva” cuyo primer artículo aboga por eliminar la categoría de "sexo" de cualquier documento público o privado y que establece una definición acientífica, peregrina más bien, del “sexo” y una definición antifeminista y falaz del “género” porque dice que este se impone en base a la “falsa noción de sexo”, como si el género fuese impuesto según lo que cada uno manifestara ser. Al igual que el pobre puede decir que es rico, que seguirá siendo pobre y sufriendo las consecuencias de su posición de clase, la mujer puede decir que es hombre, que seguirá siendo mujer y sufriendo las consecuencias de su posición en la jerarquía sexual.
Que nos expliquen los legisladores cómo van a aplicar las medidas que corrigen la discriminación por razón de sexo, si el sexo no existe. Que nos expliquen también cómo van a garantizar los derechos y espacios basados en el sexo (derecho al aborto, derecho a salud sexual y reproductiva, derecho a baja por maternidad y lactancia, categorías deportivas femeninas…) si el sexo deja de ser una realidad para convertirse en un espectro. Las feministas estamos alertando de que esta legislación conlleva la negación de la desigualdad estructural entre mujeres y hombres. No hay pátina de diversidad ni apariencia de transgresión que nos engañe a muchas. Y menos, cuando sucede en países que no reconocen derechos consolidados para las mujeres en buena parte del mundo.
Por esto y ante esta nueva proposición de ley, las compañeras argentinas han decidido organizarse y hablar claro sobre las implicaciones de estas normas jurídicas que dan fuerza de ley a los antifeministas y desatinados postulados queer.
El 15 y 16 de mayo se celebrará en Buenos Aires el Segundo Congreso Feminista Internacional, en defensa del sujeto político.
Apunten la fecha, compañeras. Es hora de hablar en todas partes. Gracias al colectivo Trece Rosas por organizarlo.
Que nos expliquen los legisladores cómo van a aplicar las medidas que corrigen la discriminación por razón de sexo, si el sexo no existe. Que nos expliquen también cómo van a garantizar los derechos y espacios basados en el sexo (derecho al aborto, derecho a salud sexual y reproductiva, derecho a baja por maternidad y lactancia, categorías deportivas femeninas…) si el sexo deja de ser una realidad para convertirse en un espectro. Las feministas estamos alertando de que esta legislación conlleva la negación de la desigualdad estructural entre mujeres y hombres. No hay pátina de diversidad ni apariencia de transgresión que nos engañe a muchas. Y menos, cuando sucede en países que no reconocen derechos consolidados para las mujeres en buena parte del mundo.
Por esto y ante esta nueva proposición de ley, las compañeras argentinas han decidido organizarse y hablar claro sobre las implicaciones de estas normas jurídicas que dan fuerza de ley a los antifeministas y desatinados postulados queer.
El 15 y 16 de mayo se celebrará en Buenos Aires el Segundo Congreso Feminista Internacional, en defensa del sujeto político.
Apunten la fecha, compañeras. Es hora de hablar en todas partes. Gracias al colectivo Trece Rosas por organizarlo.
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