Hoy es el aniversario del fallecimiento de George Orwell. Aprovecho para recordar lo que él, de forma tan clarividente, puso de manifiesto en su libro “1984”. Y es que, por obra y gracia del lenguaje, a través de términos acuñados con la específica intencionalidad de disfrazar la realidad y presentar como cierta una inexistente, se pretende que aceptemos prácticas sociales y postulados teóricos reaccionarios y contrarios a los derechos humanos.
Pero la realidad es la que es. La prostitución seguirá siendo esclavitud y violencia, por mucho que le llamen “trabajo sexual”. La teoría queer seguirá siendo una teoría antifeminista que difunde clásicas ideas patriarcales, por mucho que la vistan de transgresora; o los vientres de alquiler seguirán siendo explotación reproductiva, por mucho que aludan a la (ficticia) libre elección de la mujer gestante. Ante la duda, fórmense e infórmense. No se dejen manipular por estos chantajistas, en muchos casos victimarios, y además creadores de las más variopintas fobias que solo pretenden silenciar la denuncia y el debate.
Tengan en cuenta las palabras del Orwell: “si el pensamiento corrompe el lenguaje, el lenguaje también puede corromper el pensamiento”.
Pero la realidad es la que es. La prostitución seguirá siendo esclavitud y violencia, por mucho que le llamen “trabajo sexual”. La teoría queer seguirá siendo una teoría antifeminista que difunde clásicas ideas patriarcales, por mucho que la vistan de transgresora; o los vientres de alquiler seguirán siendo explotación reproductiva, por mucho que aludan a la (ficticia) libre elección de la mujer gestante. Ante la duda, fórmense e infórmense. No se dejen manipular por estos chantajistas, en muchos casos victimarios, y además creadores de las más variopintas fobias que solo pretenden silenciar la denuncia y el debate.
Tengan en cuenta las palabras del Orwell: “si el pensamiento corrompe el lenguaje, el lenguaje también puede corromper el pensamiento”.
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